¿Clase de Cotilleo? [Maggie]

Las mañanas nunca habían sido el mejor momento. Quizá por eso, y a pesar de estar en Historia del Arte, me enfrentaba a una incesante lucha contra mis párpados, desplomada casi por completo en la mesa. Era practicamente la única vencida por el agotamiento; el resto de los alumnos revoloteaban alrededor esperando el inicio de la clase, que aún permanecía alborotada.
En un último intento por despertarme, abrí el libro que tenía sobre la mesa y pasé las hojas sin verlas apenas. El mundo griego, el mundo mitológico.. "mitológico" - reí por dentro. Si lo conoceré. Hacía diecinueve años, e inevitablemente, pertenecía a todo ello, aunque sólo fuera en una parte. Al fin y al cabo lo prefería así, tomando prestada toda esa fantasía que componía mi vida, sin dejar de lado la realidad a la que estaba ligada. Una realidad que, muy a mi pesar y a esas horas, se reducía a una clase de suspiros platónicos.
El profesor no había llegado (lo que explicaba el barullo general). Era profesional sin dejar de ser cercano, encantador, atractivo y ... sí, hacía años que estaba, total e irremediablemente, enamorada de él.
Al igual que otras tantas. Él correspondía fugazmente a todas, o, en el fondo, a ninguna. Un hecho que, poco a poco, me iba carcomiendo.

Eros por fin entraba en clase acompañado de su inseparable café matutino. Me incorporé sonriente esperando a que se sentara a mi lado. Era lo que necesitaba para despejarme, y aunque sus ojeras suplicaran silencio, sabía que lo acosaría a palabrería desde el primer momento; para eso era mi mejor amigo, y, para lo que a mi respectaba, el más paciente del mundo (o quizás, del Olimpo).

- Vaya, aquí llega mi querido arquero alado.. - Bromeé. - ¿Una noche movidita? el amor nunca duerme, ¿eh? ... ¡despierta, cariño! Tengo novedades.

No tuve que elevar demasiado la mirada para localizar a Maggie sentada en segunda fila. Era obvio que no había conseguido dos sitios en la primera fila aunque era normal,habría tenido que venir con algun tipo de arma blanca. Era una exgeración pero en aprte era cierto de que en esta fila estaba prohibido reservar asientos si querias mantenerte con el cuello en tu sitio. Me quede contemplando en el panorama de la clase,casi todo eran chicas,pocos chicos venian ya a esta clase y la mayoria quedaban relegados a filas más altas,de hecho...yo era el único de mi fila.
Avance por ella como pude procurando que no se me cayera el cafe hasta llegar al sitio que me había guardado Maggie. Deposite la mochila en el suelo y el café sobre la mesa para asegurarme de que no se me cayera. Antes de sentarme saque el libro y la carpeta y despues decidí acomodarme,mas bien desplomarme,sobre la silla.
Le dedique una sonrisa burlona a Maggie al escucharla,por suerte nadie nos entendía,incluso algunos pensaban que eramos un poco raritos por las conversaciones que manteniamos,conversaciones que en realidad no eran mas que la realidad.Los otos eran los ignorantes.

-No...lamentablemente nunca duerme. Odio eso de que queden por las noches,sobre todo si me toca actuar a mi. Algun día no ire a esas llamadas,yo también merezco vivir-Dije riendo y dandole un trago al cafe. Maggie ya se estaba acelerando de nuevo,en menos de un minuto me había preguntado,hablado y casi gritado de euforia.-¿Que ocurre?

Le acaricié el pelo con ternura, verdaderamente tenía un trabajo difícil, del que no iba a escaparse nunca. Miré a las alborotadas chicas de la primera fila, preparadas para lanzarse a su cuello en cuantro atravesara el umbral de la puerta; era curioso que la euforia de los amantes correspondidos (o no) bebiera del cansancio de un pobre... estudiante de arte.

- Estoy segura de que has entrado directo a la máquina del café, sin echar un vistazo antes al tablón de anuncios.. - Su expresión confusa lo confirmó. - ¿Recuerdas la fiesta de fin de trimestre? de ha adelantado, ¡es esta noche! - Coloqué el índice en sus labios antes de que pudiera responder. - Sí, sí, sé lo que vas a decir... es viernes, estás agotado, es por la noche, hay gente suspirando que necesita su ayuda.. pero.. ¡tienes que venir conmigo! y allí siempre hay alguien que puede enamorarse.

Me miró con esa expresión burlona otra vez. Sabía perfectamente cuál era mi único interés en una fiesta con cientos de estudiantes peleándose por otra copa; y que el último intento sólo había servido para comprobar lo liberal que era el motivo que me llevaba allí .. y lo arrastraba conmigo. Así que, preparada para la primera negativa antes de convencerlo, me acerqué a él con las manos en posición de rezo.

- Por favor..

Esto no estaba ocurriendo,era una broma,de mal gusto pero una broma al fin y al cabo.Llevaba toda la semana trasnochando y madrugando,si incluso alguno de los dias habia venido de doblete,pero hoy...hoy era viernes,hoy podria dormir tranquilamnete porque aunque el destino me obligase a trabajar de noche podria dormir toda la mañana,incluso todo el dia si era necesario.
-Sí,recuerdo esa fiesta pero...
No me dio tiempo a seguir hablando porque su dedo indice se dispuso vertical sobre mis labios y eso significaba que iba a tener que escucharla sí o sí. Las fiestas de fin de trimestre no es que fuesen mi mayor prioridad,una buena parte de lso profesores más jovenes iban por lo que no podias soltarte demasiado y además...nuestro querido profesor siempre acudia por lo que las mejores chicas se pasaban la noche rondandole,o mirandole o...bueno pasando de los demas. Para ver a los demás dandose besitos o tonteando me iria a trabajar no a una fiesta así,y menos si a mi no me iba a tocar nada y estaba agotado.Espere a que terminara de hablar y no pude evitar sonreir burlonamente. Sabia que precisamente me queria llevar solo por eso,por su profesor,porque a ella tampoco le iba este rollo. Querria ponerse despampanante para intentar llamarle la atencion;se pasaria la noche mirandolo y al final no haria nada. Lo peor de todo es que yo tendria que estar de brazos cruzados a su lado,pero tampoco pdia dejarla sola...

-Maggie...me encanta que me hagas la pelota,que me alabes y todas esas cosas pero estoy agotado. Ademas...sabes que ni a ti ni a mi nos van estas cosas e ir alli para verte haciendo lo mismo que la ultima vez...Bueno no es bueno ni siquiera para ti

Me quede mirando sus ojitos de suplica conteniendo el aliento para no decirle definitivamente que sí,aunque ella sabia perfectamente que ya me habia convencido

Aunque pareciera paradójico, su primera negativa me aseguró que vendría, aunque para tener una vitoria definitiva, tendría que brillarme mucho más la mirada. Así que abrí mucho los ojitos.
Tendría que compensarselo, eso y tantas veces. Ninguno de los dos éramos el alma de esas fiestas, preferíamos estar al aire libre y no luchando contra un ambiente cargado de humo y ruido. Pero, fuera como fuera, era mi apoyo, y ambos sabíamos que no iría sin él.
Puso los ojos en blanco intentando esquivar mi súplica, sonreí de lado, estaba cayendo.

- Te lo comensaré...

"No es bueno ni siquiera para ti." Sí, vale, tenía razón. Por un extraño y dichoso motivo, siempre conseguía tener la razón. Sabía que una fiesta no me daría más oportunidades de las que tenía siendo su alumna en clase, y de momento, esas eran... ninguna.
Ni siquiera en lo pocos y fugaces encuentros que tuvimos en su verdadera estancia, cuando pasaba el tiempo con mi madre, había conseguido más que un saludo indiferente mientras tonteaba de forma descarada con algún otro u otra. E incluso en esos momentos, lejos de las clases y el mundo real, Eros tenía que escuchar mi palabrería; en el fondo, lo compadecía.

- Te llevaré a cenar, o ... te invitaré a un picnic. - Reí.

Me quede mirando sus ojos suplicantes y después simplemente...suspire. Iba a ir,ella lo sabia,yo lo sabia asi que resultaria ridiculo continuar con esto,fingiendo que le iba a decir que no. En el fondo me sentía mal por ella. Realmente estaba pillada por él,no había mucha diferencia en comparación con el resto de las chicas pero...no solo podía ver sus sentimientos yo...la conocia. Ella no era como las otras chicas,a ellas no les importaba suspirar por él todo el dia pero después besarse con otros. Maggie no era así,ella rechazaría cualquier oportunidad que se le presentase con cualquier otro,al menos a día de hoy. Le era fiel aunque...no tuvieran nada. Me quede mirando sus ojos abiertos como platos,brillantes y suplicantes.

-Creo que...prefiero una cena. En el restaurante más caro en la ciudad. Quiero que hipoteques tu vida por el sacrificio que voy a hacer

Dije con seriedad aunque bromeando ligeramente. En el fondo tendría que decirle que no para que se olvidase un poco de él,pero me resultaba imposible. Incluso cuando habiamos estado en el Olimpo ella se pasaba el día suspirando por el. Y Apolo...no era precisamente un dios tranquilo que se dedicara a recitar en su estancia,lo hacia pero...donde todo el mundo pudiera contemplarle y admirarle y eso a ella no la ayudaba. Sobre todo cuando el se dedicaba a..."divertirse" en sus estancias.Y yo sabía muy bien en que consistía eso. Intentando cambiar el tema de la fiesta mire hacia delante,a las chicas.

-Realmente no entiendo porque se ponen así. Es guapo y es un buen amante pero...tampoco es para parecer tan...tontas. A mi no me hizo falta ser tan imbecil!

- Oh, ¡gracias! te llevaré al mejor restaurante y dejaré que pidas...

Callé un momento para procesar el comentario sutil que acababa de hacer. "..es un buen amante." "a mi no me hizo falta ser tan imbécil." Oh, por supuesto. De repente caí en la cuenta, cómo podía no haberlo supuesto. Apolo era.. como era, liberal, y sabía que desde un principio había ido a por el primero que se le pusiera delante y Eros.. estaba dentro de los más adorables del Olimpo. Eran pocos los que se libraban de haber probado lo buen amante que parecía ser, y mi querido amigo.. había sido uno de los platos.
Abrí los ojos mucho más, aunque ahora no en un tono suplicante.

- ¡Oh Dios mio! Tú.. tú te acos... - Inmediatamente bajé la voz, si se me ocurría decir alguna barbaridad así en alto Eros sería la cena de toda la clase. - Tú y él.. vosotros.. ¡tuvisteis algo! qué calladito te lo tenías.. todo este tiempo hablandote de él y..¡no me habías dicho nada! no puedo creerlo.. - Simplemente, estaba descolocada, aunque lo comprendía muy bien. Le dí suavemente en el brazo en tono burlesco. - ¡Eres un pendón!

Sonreí. Es cierto que ver a Apolo en sus noches pasionales con diferentes personajes no era mi pasatiempo favorito, pero él era un tema aparte. Sabía las relacions que había tenido con algunos compañeros y compañeras, incluso dentro del Olimpo, y que no se quedaba corto en cuanto a vida liberal amorosa, como era natural siendo él.

En cuanto hable me di cuenta de que no había sido el comentario más adecuado por mi parte,no era ni la persona que debia oirlo ni el lugar para decirlo,pero me habia salido solo. Esperaba que lo pasara por alto que estuviera ilusionada con la cena y que no lo oyera o que al menos si...relacionaba conceptos no se pusiera a girtar o a pegarme o...bueno,no queria que nadie de clase esparciera mis visceras y se alimentara de ellas por muy gore que sonara todo.
Al ver que no termiba la frase me di cuenta de que ya era imposible que no se diera cuenta,de todas maneras tarde o temprano se iba a enterar y mejor ahora que más tarde,cuanto antes...muchisimo mejor. Bueno...al menos no se había puesto a gritar,histerica sí pero eso era irremediable en ella.Supercialmente no parecía muy...herida. Suspire tranquilo.

-No te podía contar algo así cuando te pasas el día suspirando por él,ademas...si tuviera que contarte todas las relaciones que he tenido a lo largo de estos siglos...Preferia no hacerte daño- Sonreí un poco antes de reir un poco.-Bueno...ya que te lo voy a tener que contar cuanto antes te lo suelte mejor.Sí nos acostamos y sí ha sido más de una vez,principalmente en el Olimpo pero...también he estado en su casa.Hace bastante tiempo desde la última vez asi que...no te preocupes. Él es bastante liberal y solo ha sido...sexo.

Dije bajito para que no me oyese nadie y casi del tiron,cuanto antes lo dijera y más directo mucho mejor. Le sonrei levemente acariciando con suavidad su mano. De todas formas suponia que ya me conocia bastante como para saber como era en todos estos temas

Todavía intentaba procesar todo lo que estaba escuchando. Que Eros y Apolo se habían acostado, más de una vez, incluso en su casa. Sabía que Apolo había mantenido relaciones con sus padres, Afrodita y Ares no eran lo más tranquilos del Olimpo en cuanto a ese tema, pero Eros era.. sorprendente y normal al mismo tiempo.
Lo realmente sorprendente era que hasta el momento no me lo hubiera ni siquiera cuestionado. Entendía que Eros no hubiera soltado prenda, que pudiera temer ni reacción, incluso a mi me parecía extraño no sentirme mal. Supuse que tenía demasiada confianza con él, no me podía molestar con mi mejor amigo por tener una aventura liberal con un dios liberal y... tan atractivo. Al fin y al cabo, tampoco tenía derecho a ponerme de ninguna manera.
Eros me miraba algo nervioso mientras acariciaba mi mano. Hice lo mismo sobre su mejilla y le sonreí.

- Sé que sólo ha sido sexo pero... ¡sexo con él! ¡y has estado en su casa! ¿cómo es? tengo tantas imágenes en la cabeza, al menos ahora puede hablarme más del tema, no te vas a poder hacer el desentendido conmigo, cariño.. y si lo intentas... - dije con tono amenazante. - .. te tiro a las fieras. - finalicé riéndome y miré a las chicas de la primera fila.

El único que no suspiraba a su entrada era el que más suerte respcto al tema había tenido. No resultaba difícil de entender, después de todo así era el amor... impredecible. Impredecible y liberal, nunca lo había visto tomar de su misma medicina, al menos en el tiempo que lo conocía, y no podía imaginarme que tantos siglos atrás fuera de otra manera. Simplemente picoteaba de uno y de otro, mientras que los que formaban parte de su plan no volverían a separarse. Me preguntaba si en algún momento conseguiría herirse a si mismo.

Me alegraba de que no se hubiera enfadado,me habria fastidiado bastante porque no me gustaria estar en esa situación con ella,a los dos nos consideraban raritos y si algo asi nos separaba me sentiria mal. Entendía que se sorprendiera en parte pero Apolo precisamente no era el hombre más casto del Universo. Se habia acostado con mucha gente..con muchisima,entre los que estaban mis padres y eso era bastante estraño si lo pensaba con frialdad. Preferi borrar esas imagenes de mi cabeza,esperaba que al menos el no hubiera hecho ninguna comparacion porque no queria saber como habia quedado parado aunque si había repetido era por algo ¿no?. Estaba empezando a resultar penoso que tuviera miedo a que mis padres fuesen mejo...bueno preferia no pensarlo directamente.

-Espero que todo lo que estes diciendo este haciendo referencia a la casa porque me resultaria bastante incomodo hablar de sexo y mucho más si es del sexo que he mantenido con él. No quiero decir que haya sido malo,lo contario,pero..me refiero que hablar precisamente contigo de lo que he hecho con él...bueno ya me entiendes. La casa...te iba a gusta,es...espaciosa

Dije riendo un poco. Sabía lo que estaba pensando o como minimo...lo suponia. Se estaria preguntando por qué yo no tenia una relación estable. Y en parte tenia razón,me pasaba la vida emparejando a parejas,a veces incluso personas que...me gustaban pero cuyo destino no era acabar conmigo y...bueno aqui seguia yo,como al principio. Al menos podia ser pasional

- Espaciosa.. si, así me la imaginaba. Ahora entiendo cómo eres su alumno favorito - Bromé y le guiñé el ojo.

No era de extrañar que lo fuera, sexo aparte; después de todo una vida (y no precisamente corta) conociendo la historia de Grecia, y, por tanto, todo su arte. Además era un tema que realmente le apasionaba, siempre había estado unido a las letras, como era normal, pero se enfrentaba a tantas carreras por mantener contento a Ares, su padre, que no era ni mucho menos el más simpático del Olimpo, y para mi parecer, le exigía demasiado.
Así que estando irremediablemente unido a los sermones de un padre y las inútiles charlas de una amiga, era comprensible que prefiriera, al menos en el amor, tener algo de libertad.
Necesitaba un respiro.

- De acuerdo, de acuerdo, no puedo ignorar tus ojitos.. haremos un trato, me acompañarás a la fiesta de esta noche.. sólo un ratito, y luego nos iremos a cenar tranquilamente a otro lugar, muy lejos de la universidad, prometo no darte la paliza con el mismo tema toda la noche - Sonreí. - Y te dejaré dormir prontito.

-No...si soy su alumno favorito es porque soy el unico capaz de responder a sus preguntas coherentemente y no con balbuceos y suspiritos. Lo de las matriculas...ya es otra cosa

Dije bromeando un poco. Tal vez lo primero hubiera sido un poco...indirecta. Maggie siempre conseguia responder al final,pero el resto de las chicas...bueno lo dicho,balbuceos estupidos. Eso llegaba incluso a cabrearme un poco,a veces pensaba que algunas de las chicas escogian esta asignatura solamente por su profesor y no por su contenido y eso para una persona como yo que habia vivido en la época en la que se esculpieron esas obras era casicomo...un insulto
De todas maneras esta clase era algo asi como...un escape. Por suerte para mi el hecho de sabermelo todo me permitia ir al examen sin estudiar,bastante suplicio era tener que estudiar esa carrera de ingenieria otra vez. Tendrían que darme un premio al merito estudiantil o algo asi porque estaba sacrificando misalud mental a cambio de mantener contento a papa.

-Oh venga...no hagas tratos que sabes que no puedes cumplir. Sabes perfectamente que es imposible irnos pronto para ir a cenar,acabarian yendote antes de que él entara y tu no quieres eso. Y en cuanto entre se te ira la noción del tiempo asi que como no quieras decirme que me dejaran prontito para dormir al día siguiente....estas haciendo un trato que no se va a cumplir

Ya estaba otra vez, pillándome en otro de mis planes que, al final, acaban siendo una desastrosa noche de suspiros al pendón de la fiesta con un amigo durmiéndose a mi lado. En el fondo odiaba que siempre tuviera razón.
Puse los ojos en blanco.

- De acueeeerdo, cupidito.. no puedo prometerte nada de eso pero te necesito allí, y sabemos que me acompañarás porque, bueno.. eres un amor. - Sonreí. - No quiero quejas, aún estás bajo sospecha, no me fio de que no hayas sido tú mismo el que me dio a traición en la primera clase de Arte. - Reí.

Sabía que no era cosa suya, pero qué fácil hubiera sido si así fuera, porque de momento, y hasta donde yo sabía, no había dejado ningún amante sin corresponder a no ser que se tratara de un enemigo. Pobres enemigos, cómo podía ser el del poder más "dulce" uno de los más poderosos. Ni la belleza de su madre, ni el control de la guerra de su padre se compararían. Estaba segura de que ambos le temían, y especialmente ellos, que huían del amor estable, aunque se tratara de su propio hijo.
Por fin entraba el profesor a la clase. Todos se callaban, de fondo, los cuchicheos tontos de las de la primera fila, que lo miraban riéndose por lo bajo.
Era perfecto. Sonreía de esa forma en todas las clases, desde la primera, cuando supe que ya, inevitablemente, estaba perdida. Me volví hacia Eros con una sonrisa picarona, de forma que entendiera sin necesidad de hablarle lo que estaba pensando, en aquella aventura que se tenía bien guardada.

-De verdad crees que soy masoca?.Si yo te hubiera lanzado un flechazo ya habria lanzado la de tu acompañante. Sería mascoa si quisiera aguantarte suspirando constantemente si hubiera podido remediarlo tan facilmente

Bromee riendo un poco. A veces me gustaba picarla un poco,aunque ahora que decía lo de las flechas...bueno eso podía quitarme bastante problemas aunque claro habia que tener en cuenta la ética y todo ese rollo de cosas. No se pueden juntar a dos personas sin tener en cuenta las consecuencias,a veces pueden ser catastroficas,es divertido jugar pero...a veces sale mal. Muchas veces se me habia pasado por la mente utilizar las flechas con mis padres pero ellos no querian un estilo de vida asi y por otra parte estaba Hefesto,no...sihacia algo así me trocearían y les arruinaria la vida. Pero lo de Maggie...no se aun no tenia claras muchas cosas.
Y entonces él entro en clase. como siempre comence a escuchar el coro de suspiros,él ya debia de estar acostumbrado porque simplemente sonreía saludaba y solía comenzar la clase. La verdad es que era una buena postura,disfrutaba de los halagos pero a la vez los ignoraba. Mire a Maggie,mientras yo tenia la espalda apoyada contra el "respaldo" ella lo contemplaba. Vale...era guapo pero...lo que ella sentía ya era demasiado,casi una obsesión amorosa. Contuve una ligera carcajada y negue con la cabeza al mirarla. Para seguir un poco con la broma asentí.
-Sí...¿envidia?

- ¡Siii! - "Grité" en voz baja, y sonreí de lado.

Había empezado la clase. Otra clase "perdida", porque, a pesar de la inmensa atención que le prestaba, sabía que no iba a saber qué estaba diciendo. Llegaría a casa otra vez a leerme el tema, y recordar únicamente cómo hablaba, cómo sonreía, cómo escribía y nos enseñaba las imágenes. Pensé que tal vez merecía una tregua o... un último intento. Era su alumna, no podía lanzarme descaradamente pero... seguir esperando un poco de su atención tampoco iba a servir de mucho más. Quizás ir a la fiesta, intentarlo y si no... pasar página, esta vez definitivamente.
Decidí no comentarle nada a Eros, no necesitaba que me recordara lo absurdo que resultara siquiera pensar en olvidar lo que llevaba en la cabeza tanto tiempo. Mejor ahorrarme su comentario de listillo (aunque adorable) pepito grillo.
Ya toda la clase estaba en silencio, si le hablaba quedaríamos en evidencia, así que saqué una hoja de mi carpeta, la puse entre ambos y escribí."Entonces.. ¿esta noche? como último favor de mi queridísimo amigo... vale, no va a ser el último, pero no vas a desperdiciar una posterior cena carísima en Manhattan, sé que en el fondo eres (pero adorablemente) muy pijo : )"

Esperé a que la leyera y vi su sonrisa. La sonrisa de siempre, consciente de tener la amiga más pesada del mundo pero, sin embargo, sin poder evitar caer en sus trampas.

Puse los ojos en blanco después de echarle una últma mirada a la silenciosa clase. No entendía porque no llevaban a este tipo de profesores a los institutos. Así seguro que conseguiriamos un silencio seplcral durante todas las clases para poder estudiar decentemente,al menos el silencio se conseguiría como minimo en la región femenina de la clase. Tenía que admitir que Apolo me daba un poco de...envidia,conseguir ese poder de persuasión con tan solo una sonrisa... No es que yo no tuviera éxito pero bueno...los estudiantes siempre pasabamos más desapercibidos por muy monos que fueramos si había un profesor,una autoridad que también fuera guapa. A las chicas les iba más todo eso del poder,bueno...a la humanidad en general,lo imposible y el poder. Comencé a garabatear en la hoja,en la esquina superior comenzando a trazar un dibujo,ni siquiera me hacia falta atender ya.
Entonces MAggie puso una hoja entre nosotros y comenzo a escribir,continue garabateando pero aparte mi mirada de la hoja para ver lo que escribia. Sonreí ligeramente y acerque el boligrafo para contestarle: No...no pienso rechazar la oportunidad de comer bien por una noche,sobre todo si a mi me sale gratis. Sere muy pijo pero también soy un aprovechado .Entonces escuche como Apolo decía mi nombre seguido de una pregunta.Parecia que al final se había acostmbrado a preguntarme directamente a mi,asi evitaba los balbuceos

-Es una estatua d bronce en la que se representa la victoria de Perseo sobre el monstruo medusa.Sujeta con una de sus manos su cabeza. Se encuentra expuesta en la Plaza de la Señoria,Florencia

Dije levantando ligeramente la vista,una vez hube respondido con una media sonrisa,volvi a mis garabatos

Sin lugar a dudas, no era sorprendente que fuera el alumno estrella de todas las clases. Reí para mí e intenté prestar atención a lo que decía el profesor, aunque una vez más sólo podía fijarme en sus gestos. Y así... toda la clase.

Un vez finalizada se despidió después de dar las covenientes tareas para el fin de semana y salió con su acostumbrada sonrisa; la clase volvió a ser un alboroto de comentarios y risitas infantiles. Eros apuntaba concentrado sus "deberes".
Me volví hacia él y le di un inesperado abrazo de agradecimiento.

- Te adoro, te adoro, te adoro... lo sabes ¿verdad? - Bromeé con sinceridad.

Recogí los libros, papeles, notas y carpetas que tenía sobre la mesa y los guardé en el bolso, nunca me cabía todo, e iba con libros de arte y literatura en los brazos tropezando por los pasillos.
Me levanté del asiento y le di un beso en la mejilla.

- Nos vemos esta noche, ponte guapo.